Good Plan
Good Plan es un documental dedicado a los cristianos de China, una minoría de 100 millones de personas que, a pesar de sufrir una severa restricción de su libertad religiosa, tiene una gran capacidad misionera. Se estrenó después de que en el mes de octubre de 2018 la Santa Sede y el Gobierno de Pekín llegaran a un histórico acuerdo para la designación de obispos. La película, grabada en Pekín, Shanghái, en la ciudad de Wenzhou (la llamada Jerusalén de China), y en la provincia de Hebei, recoge, a través de diversos testimonios, la “fiebre de cristianismo” que se está produciendo en el gran gigante asiático. A pesar de las dificultades que ponen las autoridades comunistas para la difusión de la fe cristiana y de su desconocimiento entre la inmensa mayoría de la población, hay no pocos miembros de la nueva generación que se acercan con curiosidad a la religión de Jesús. El documental analiza y repasa, gracias al relato de experiencias personales, la persecución de Mao, la apertura de Deng Xiao Ping y la política religiosa del actual presidente Xi Jinping, encaminada a conseguir una “chinización” de todas las religiosas. El espectador tiene la ocasión de comprender la verdad sobre la llamada “Iglesia clandestina” y la llamada “Iglesia oficial” así como el fracaso del Partido Comunista en su intento por crear una Iglesia nacional separada de Roma. En los últimos años se han producido en China 50.000 bautizos oficialmente registrados. La Iglesia en China, tras la implantación del régimen de Mao ha sufrido una gran persecución que llevó a numerosos obispos y fieles a prisión, a campos de reeducación y condenas de trabajos forzados.