Tras quedar huérfana, la joven Tristana es acogida en su casa por Don Lope, su tutor, quien así cumple los deseos de la madre de la muchacha antes de morir. Viviendo bajo el mismo techo, Tristana y Don Lope acaban desarrollando una malsana relación padre-hija, a la vez que amantes.Cuando Tristana conoce a Horacio, un joven pintor, se enamora y, ejerciendo los principios liberales que Don Lope le ha inculcado, se marcha con él a Madrid.